En el mundo digital de hoy en día, vemos con mayor frecuencia avances tecnológicos, transformando la manera en que percibimos y compartimos información. Sin embargo, entre los avances más intrigantes y, a su vez, preocupantes, se encuentra el fenómeno de los deepfakes.
Estas creaciones audiovisuales manipuladas con inteligencia artificial (IA) plantean una serie de interrogantes éticos, sociales y políticos.
En este artículo, se explorará qué son los deepfakes, sus usos y riesgos.
¿Qué son los deepfakes?
Los deepfakes son manipulaciones de video, imagen o audio mediante IA que superponen o reemplazan el rostro y la voz de una persona en imágenes o grabaciones originales.
El término, que combina “deep learning” (aprendizaje profundo) y “fake” (falso), se utiliza para describir una variedad de técnicas que van desde el morphing facial hasta el intercambio de rostros.
Estas técnicas han alcanzado un nivel de realismo impresionante, lo que dificulta distinguir entre lo real y lo falso.
Usos del deepfake
Los deepfakes, aunque inicialmente se hicieron populares por su uso en la creación de contenido audiovisual falso, tienen una amplia gama de aplicaciones. Aquí hay algunos ejemplos de los diferentes usos del deepfake:
- Entretenimiento: Una de las primeras y más comunes aplicaciones de los deepfakes es en el entretenimiento. Se utilizan para crear videos cómicos o parodias al superponer los rostros de celebridades en escenas famosas de películas o programas de televisión.
- Publicidad y marketing: Las empresas pueden aprovechar los deepfakes para crear anuncios personalizados que presenten a celebridades o figuras populares promocionando sus productos o servicios.
- Investigación y educación: En campos como la ciencia y la historia, los deepfakes se pueden utilizar para recrear eventos históricos o simular experimentos científicos que de otro modo serían difíciles o costosos de realizar.
- Desinformación y manipulación: Los deepfakes pueden ser utilizados para difundir desinformación y manipular la opinión pública. Los videos falsos de políticos, celebridades o figuras públicas pueden ser creados para difundir rumores, desacreditar a personas o influir en el resultado de elecciones y debates.
- Acoso y violencia: Los deepfakes también pueden ser utilizados para acosar a personas al crear contenido sexualmente explícito o violento con sus rostros superpuestos. Esto puede tener un impacto emocional y psicológico devastador en las víctimas.
- Suplantación de identidad: Los deepfakes pueden ser utilizados para suplantar la identidad de una persona al crear videos o audio falsos que parezcan auténticos. Esto podría llevar a situaciones en las que se atribuyan palabras o acciones falsas a individuos inocentes, causando daño a su reputación y credibilidad.
¿Cuál es el riesgo de los deepfakes?
El problema con los deepfakes es que pueden engañarnos de manera muy convincente. En un mundo donde obtenemos la mayoría de nuestra información de internet, esto puede causar confusión y hacernos dudar de lo que vemos y escuchamos en línea.
Además, los deepfakes tienen el poder de influir en nuestras opiniones y acciones de maneras que pueden ser perjudiciales, como aumentar la división entre las personas o exacerbar los problemas sociales.
Es importante encontrar formas de detectar y prevenir la propagación de deepfakes para proteger nuestra capacidad de confiar en la información que consumimos en línea.
¿Cómo detectar deepfakes?
Detectar deepfakes puede ser un desafío debido a lo realistas que pueden parecer. Sin embargo, hay algunas señales y técnicas que pueden ayudar a identificarlos:
- Anomalías visuales: Busca imperfecciones visuales, como bordes irregulares alrededor de la cara o el cuerpo, discrepancias en la iluminación y sombras, o inconsistencias en el movimiento de los labios y los ojos. Estos pueden ser signos de manipulación digital.
- Errores de sincronización: Observa si el audio coincide perfectamente con los movimientos de los labios y las expresiones faciales. Los deepfakes a menudo tienen dificultades para sincronizar el audio con el video de manera precisa.
- Revisa el contexto: Examina el contexto del video o la imagen. ¿Coincide la situación retratada con lo que sabes sobre la persona en cuestión? ¿Hay alguna discrepancia en el fondo o en los objetos presentes que sugiera que el contenido ha sido manipulado?
- Verifica la fuente: Intenta rastrear la fuente original del contenido. Si es posible, busca otras fuentes confiables que confirmen la autenticidad del material.
- Usa herramientas de detección: Utiliza herramientas de detección de deepfakes, como software de análisis de imágenes o servicios en línea diseñados para identificar manipulaciones digitales.
- Sé crítico y reflexiona: Evalúa la credibilidad de la fuente que proporciona el contenido. Si proviene de una fuente poco confiable o poco conocida, es posible que debas ser más escéptico sobre su autenticidad.
En conclusión, los deepfakes representan una doble cara de la tecnología moderna: por un lado, ofrecen posibilidades creativas y de entretenimiento, pero por otro lado, plantean serias amenazas para la integridad, la seguridad y la confianza en la información.
Es fundamental reconocer el potencial disruptivo de los deepfakes y abordar de manera proactiva los desafíos éticos, legales y sociales que plantean.Con información de Wired y University of Virginia